domingo, 9 de abril de 2017

10 KM MEDINA DEL CAMPO



Medina del Campo. Con la cantidad de veces que he pasado por su costado y no haber corrido nunca alguna de las carreras que se celebran allí …

Llevaba algunos días entrenando poco y bastante regular. Me encontraba cansado, con fatiga en las piernas  y un poco desmotivado. Estos días de repentino calor y mucho trabajo no ayudaban a convencerme para salir. Así que la carrera de Medina era una buena oportunidad de retomar la actividad con un  poco más de orden y seriedad. Otro diezmil después de Mejorada, de Laredo, de Pinto ... Podía correrlo, pero sin estrujarme mucho.

Me inscribí allí mismo y regresaba al coche cuando, al doblar una esquina, me encontré con mis compañeros de carrera: Rilo, Miguel, Jesús, Nano, Fran, Adrián M. Moreta y Repi. ¡Vaya grupo!

Antes de empezar a correr ya había cumplido con creces el objetivo: estar entre amigos.

Calentamos juntos reconociendo el terreno y comprobando que, por esta vez, la dureza vendría de un elemento inesperado: los 24º de temperatura a estas alturas  de año. El calor y las cuestas pondrían las cosas difíciles.

Casi 400 corredores en la línea de salida, la mitad para la prueba de 5 km y la otra mitad para los 10 km. Los ocho abulenses juntos en la salida, en un ambiente bastante festivo y con mucho público expectante. Tras el disparo, en seguida dejé de verles. Me concentré en mi carrera, tratando de buscar un ritmo fuerte pero cómodo.

Lo encontré una vez terminada la primera y más exigente cuesta y busqué compañía, algún grupo que me permitiera ir pasando kilómetros sin preocuparme mucho de mantener la cadencia de carrera. Bien poquito me duró. Todos se pararon al completar la primera vuelta. Así que emprendí la segunda en solitario, a más de treinta metros del corredor que me precedía y mucho más de los que venían por detrás de mí. Dificil situación para forzar un poco la máquina. 
Otra vez la subida, la bajada, las afueras, la plaza, … con dolor de piernas y una falta de fuerza que empieza a resultar preocupante.

Llegué. Miré el crono para comprobar, otra vez, que mi segunda vuelta resultó mucho peor que la primera. 
Allí estaban los chicos de Ávila. Unos más contentos que otros, pero después de ver los resultados de la carrera sin motivos para quejarse. Rilo, fantástico, séptimo de la general y primero de su categoría y entrando con él Nano, octavo y cuarto senior, se le escapó el pódium por muy poco. Jesús Arribas el 15º progresando mucho en cada carrera, Adrián el 19º, recién llegado a las carrera y con un futuro muy prometedor por delante, Javi Repiso el 21º con muchos problemas estomacales que le impidieron correr mejor, igual que Miguel Hernando, el 28º y muy perjudicado por el calor. Y para cerrar el grupo, entré yo el 39º y resulta que además fui el primer veterano E.

Me estoy comiendo el abecedario.

Y después vino lo mejor: esas cervecitas (la mía con limón) sentados a la orilla del circuito en el que seguían las carreras de los pequeños, compitiendo con un altavoz que atronaba a nuestro lado, compartiendo charla con estos chicos fue lo mejor de la tarde.


Mereció la pena la carrera de Medina. Volví a comprobar que lo mejor del atletismo es … la gente que lo practica.

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