Medina del Campo. Con la cantidad
de veces que he pasado por su costado y no haber corrido nunca alguna de las
carreras que se celebran allí …
Llevaba algunos días entrenando
poco y bastante regular. Me encontraba cansado, con fatiga en las piernas y un poco desmotivado. Estos días de repentino
calor y mucho trabajo no ayudaban a convencerme para salir. Así que la carrera
de Medina era una buena oportunidad de retomar la actividad con un poco más de orden y seriedad. Otro diezmil después de Mejorada, de Laredo, de Pinto ... Podía correrlo, pero sin estrujarme mucho.
Me inscribí allí mismo y
regresaba al coche cuando, al doblar una esquina, me encontré con mis compañeros
de carrera: Rilo, Miguel, Jesús, Nano, Fran, Adrián M. Moreta y Repi. ¡Vaya
grupo!
Antes de empezar a correr ya
había cumplido con creces el objetivo: estar entre amigos.
Calentamos juntos reconociendo el
terreno y comprobando que, por esta vez, la dureza vendría de un elemento inesperado: los 24º de temperatura a estas alturas de año.
El calor y las cuestas pondrían las cosas difíciles.
Casi 400 corredores en la línea
de salida, la mitad para la prueba de 5 km y la otra mitad para los 10 km. Los
ocho abulenses juntos en la salida, en un ambiente bastante festivo y con mucho
público expectante. Tras el disparo, en seguida dejé de verles. Me concentré en
mi carrera, tratando de buscar un ritmo fuerte pero cómodo.
Lo encontré una vez terminada la
primera y más exigente cuesta y busqué compañía, algún grupo que me permitiera
ir pasando kilómetros sin preocuparme mucho de mantener la cadencia de carrera.
Bien poquito me duró. Todos se pararon al completar la primera vuelta. Así que
emprendí la segunda en solitario, a más de treinta metros del corredor que me
precedía y mucho más de los que venían por detrás de mí. Dificil situación para forzar un poco la máquina.
Otra vez la subida, la
bajada, las afueras, la plaza, … con dolor de piernas y una falta de fuerza que
empieza a resultar preocupante.
Llegué. Miré el crono para
comprobar, otra vez, que mi segunda vuelta resultó mucho peor que la primera.
Allí
estaban los chicos de Ávila. Unos más contentos que otros, pero después de ver
los resultados de la carrera sin motivos para quejarse. Rilo, fantástico,
séptimo de la general y primero de su categoría y entrando con él Nano, octavo
y cuarto senior, se le escapó el pódium por muy poco. Jesús Arribas el 15º
progresando mucho en cada carrera, Adrián el 19º, recién llegado a las carrera
y con un futuro muy prometedor por delante, Javi Repiso el 21º con muchos
problemas estomacales que le impidieron correr mejor, igual que Miguel
Hernando, el 28º y muy perjudicado por el calor. Y para cerrar el grupo, entré
yo el 39º y resulta que además fui el primer veterano E.
Me estoy comiendo el abecedario.
Y después vino lo mejor: esas
cervecitas (la mía con limón) sentados a la orilla del circuito en el que
seguían las carreras de los pequeños, compitiendo con un altavoz que atronaba a
nuestro lado, compartiendo charla con estos chicos fue lo mejor de la tarde.
Mereció la pena la carrera de
Medina. Volví a comprobar que lo mejor del atletismo es … la gente que lo
practica.
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