domingo, 25 de junio de 2017

V CROSS DE VILLAFLOR




Faltó el panadero de Santo Tomé de Zabarcos. Podéis pensar que es simplemente una manera de empezar esta crónica. Lo es. Pero no es solo eso. El panadero de Santo Tomé de Zabarcos venía poniendo , en las cuatro ediciones anteriores, unas cajas de dulces artesanos de su mejor trabajo, dulces que alguien como yo, de naturaleza golosa por encima de cualquier otra cosa, atacaba al terminar la carrera con inicial precaución y posterior desvergüenza viendo que, una vez satisfechas las necesidades de todos los asistentes, aún sobraban existencias. 
Así que este año, finalizada la carrera me acerqué a esa bien surtida mesa. No viendo mi verdadero premio de esta carrera, pregunté a las mujeres que con tanta atención nos surtían de comida y bebida (¡ojo!… bebida fría y de poco en poco sacada del arcón para que no se calentase, todo un detalle) y fue cuando me contaron que ha cerrado la panadería.

Lo siento de veras por él, porque imagino que no le habrá quedado más remedio, por vosotros, aquellos que no habéis probado el producto de su horno y … por mí, que me he quedado sin uno de los alicientes de las carreras del verano.

¡Ah! ¡La carrera!

El mismo recorrido de años anteriores, un primer tercio casi llano, el segundo con unas cuestas serias que dejan a cada uno en su sitio y un tercio final casi todo en bajada para los que saben alargar zancada e imprimir ritmo a las piernas.

Lo mejor de todo lo encontré nada más llegar a la plaza de Villaflor: un montón de amigos. A estas alturas, con cuarenta años de carreras en las piernas (…tendría que hacer una fiesta …¿no?), lo mejor es encontrarse con la gente con la que compartes entrenamientos, competiciones, viajes,… 
Y entre ellos estaba Quique. Hacia muchos meses (más de veinte) que no nos veíamos en la salida de una carrera. Así que me llevé una enorme alegría al verle vestido de corto y mucho más intentando seguirle en la primera parte de la carrera, viendo que poco a poco va recuperando la forma y que la lesión de la rodilla ya está casi totalmente superada.

Aún hay gente parada, lesionada o en recuperación, gente a la que aprecio mucho, muy cercana, como Vicente o Chapi, que llevan mucho tiempo luchando por recuperase, a los que me encantaría tener pronto otra vez en las carreras.

Los que me habéis seguido desde el blog sabéis que llevo una temporada de competiciones en las que no he conseguido encontrarme bien en ninguna de ellas y por tanto, no he alcanzado los resultados que perseguía. 
De la última carrera que hice, la Madrid Norte Sur ni siquiera escribí nada. 
Fue otro fiasco. 
El asunto, como vosotros bien sabéis, es tener buenas sensaciones o no tenerlas. Luego las marcas o los puestos vienen como una consecuencia de aquello. Si te encuentras bien, fuerte y con confianza, corres bien. Y si corres bien, haces buenas marcas. Es así de sencillo. 
Tan sencillo como el enunciado en contrario… si no tienes buenas sensaciones …

Y en esta carrera me encontré algo mejor. No viene mal para la moral. Entré en compañía de Luis Carlos y de Roberto. Después de hacer cada uno la carrera por separado, en el último kilómetro acabamos por coincidir  y gentilmente me esperaron para que llegáramos a meta los tres juntos.

Además el calor nos dio una tregua. ¿Imagináis subir esa cuesta con la temperatura del domingo pasado?

La victoria se la llevó Juan Francisco Rodríguez, segundo fue Alejandro García y tercero Roberto López Mayorga. En chicas la primera fue Pilar Álvarez. Hicieron una gran carrera, como Diego Nañez, Rilo, Alvaro, Oscar …

Y después me fui a tomar unas mirindas con mis amigos. ¿Alguien tiene alguna duda del tema de conversación?


Nos vemos en la próxima.

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